Hermandad de Ntra. Sra. de la Hermosa    

           Septiembre 2008. Fuente de Cantos

 
         
 

La iconografía cristiana: los cuatro evangelistas

 

Francisco de Asís Pajarón Hornero

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Profesor de Geografía e Historia

Ciudad Real

 

 

        Entre las imágenes más repetidas del cristianismo, tanto desde el punto de vista artístico o devocional, como desde el icónico o litúrgico, pocas encontraremos tan repetidas y representadas como la de los cuatro evangelistas.

 

Las representaciones de los evangelistas son ya muy tempranas en el cristianismo. En primer lugar por el importante peso que tienen en los primeros tiempos del cristianismo, en segundo lugar por sus obras, los Evangelios; en tercer lugar por su cercanía a la figura histórica de Jesucristo. Aunque no todos los evangelistas fueron apóstoles pero si tuvieron una relación muy cercana con testigos de los hechos y enseñanzas de Jesucristo. Prueba de ello es que la historiografía, con medios cada vez más avanzados, ha ido adelantando la fecha de composición de los Evangelios hasta momentos cada vez más tardíos y cercanos al 33 d.C. que sería la fecha exacta del fallecimiento de Cristo (algunos autores la adelantan al 30 d.C. para corregir así los desfases entre el calendario juliano y la reforma gregoriana posterior).

 

Marcos es el autor del Evangelio más antiguo. Los últimos estudios lo sitúan en torno al 45 d. C. Marcos es llamado Juan en algunos textos antiguos y no fue apóstol de Cristo sino un discípulo posterior. Aparece en algunos textos relacionado con los primeros viajes y predicaciones de San Pablo. Era judío y por ello su predicación quedo circunscrita a la zona de Palestina, Siria y como muy lejos la Capadocia o sur del Asia Menor. San Marcos murió posiblemente en Alejandría y sus restos fueron llevados a Venecia donde fue construida la Basílica de San Marcos y se convirtió en protector de la ciudad y la Serenísima República de Venecia.

 

Su evangelio comienza haciendo referencia a San Juan Bautista, el Precursor, que gritaba en el desierto. Por analogía el león es el rey del desierto y de ahí viene su símbolo iconográfico. Algunos autores también hablan de la fuerza de su evangelio, reducido pero directo. A veces se representa sentado escribiendo el Evangelio, otras veces se sustituye por su animal como en el escudo de la República de Venecia, a la que protege. Jacobo de la Vorágine en su “Leyenda Áurea” nos narra episodios de su vida así como numerosos milagros realizados.

En el mundo cristiano copto (Etiopía y sur de Egipto) es un santo de gran importancia dedicándosele un culto especial y venerándose numerosas reliquias suyas.

 

 

Lucas, no era judío sino gentil por eso su Evangelio (que se cree redactado entre 61 y 63 d. C.) está destinado a los no judíos. Fue compañero de San Pablo en sus predicaciones y se cree que llegó a ser su médico personal que era el oficio de Lucas. Murió en el sur de Asia Menor predicando el Evangelio a pueblos esteparios indoarios. Lucas tampoco fue apóstol de Cristo pero si se cree que fue un discípulo de los primeros tiempos. También se cree que fue el autor de los Hechos de los Apóstoles.

 

Su Evangelio trata de explicar a los gentiles que Cristo es el hijo de Dios, por eso hace hincapié en la humanidad de Cristo y remonta su origen hasta Adán. El toro o el buey es su símbolo en recuerdo del sacrificio de Zacarías pero, sobre todo, porque el toro o el buey son animales rituales de sacrificio y Lucas nos narra de manera muy extensa y pormenorizada el sacrificio de Cristo en la cruz. Otra de las representaciones más habituales de San Lucas es la que nos lo representa como pintor y especialmente pintando a la Virgen María. Parece ser que por esta relación directa con María la infancia de Jesús tiene mayor peso en su Evangelio.

 

 

Mateo, también conocido como Leví. Era un recaudador de impuestos para los romanos cuando fue llamado por Jesús y se convirtió en uno de sus doce apóstoles. Parece ser que predicó por Egipto, Etiopía y Norte de África muriendo mártir.

 

Su evangelio muestra la humanidad de Cristo siendo por ello su símbolo un ángel aunque, a veces, también se le representa portando una alabarda, símbolo de su martirio. Parece que su Evangelio fue escrito sobre el 50 d. C. lo que nos indica una avanzada antigüedad.

 

 

Juan, es uno de los discípulos y apóstoles de Cristo que más aparecen en los Evangelios. Era uno de los hijos de Zebedeo que con su hermano Santiago el Mayor siguió a Jesús. Se les llama en los Evangelios “hijos del trueno”. Está presente en todos los momentos de la vida pública de Jesús, especialmente en su Pasión, Muerte y Resurrección. En la Última Cena se le representa recostado sobre el pecho de Cristo, fue uno de los más allegados a la Oración de Cristo en Getsemaní, acompañó a Jesús en su testimonio frente al Sumo Sacerdote, encontrándose cerca de Él. Luego acompañó a su madre María y a María Magdalena estando al pie de la cruz y recibiendo algunas de las últimas palabras del que fue su Maestro. Fue uno de los presentes en el Descendimiento acompañando a María y, luego, uno de los primero testigos de la Resurrección como uno de los discípulos preferidos de Cristo junto a San Pedro.

 

Su evangelio es el más abstracto de los tres y se centra en el tema de la fe. De ahí su símbolo, el águila, por la elevación y profundidad del mismo. San Juan también escribió el Apocalipsis y tres cartas, también de gran carga espiritual. El águila es el único animal que mira de frente al sol, símbolo eterno de Cristo como luz del mundo (“ego sum lux mundi”). También se presenta a San Juan con un cáliz y una serpiente (San Juan de Letrán en Fuente de Cantos) porque en una ocasión bebió de un cáliz con veneno saliendo ileso para demostrar la verdadera fe en Cristo. Murió muy anciano en el 104, durante el reinado de Trajano aunque algunas fuentes creyeron en su inmortalidad por ciertas palabras de Cristo sobre San Juan en los Hechos de los Apóstoles.

 

Usualmente los evangelistas aparecen orlando a la figura de Cristo o a alguno de sus símbolos (cordero, crismón, sol, león) sobre todo a partir del románico. Es lo que se conoce como Pantocrator o almendra mística. Célebre son el de San Clemente de Tahüll en Lérida y otros del mediodía francés dónde aparece la “maiestas” (majestad) de Cristo y sus apóstoles. Posteriormente se reutilizará en el Gótico aunque aparecerán más a menudos representaciones de los apóstoles (sobre todo San Juan) de cuerpo entero y en escenas de la Pasión de Cristo.

 

En el barroco la iconografía se renueva completamente y se intenta representar de manera fiel la naturaleza humana de Cristo y sus apóstoles, que lleva consigo la grandeza de su sacrificio. A partir del siglo XVII la imaginería nos muestra este nuevo universo, con la aparición de unos nuevos cánones y la fidelización de un nuevo modelo de imagen que particularmente en España genera el espíritu cofrade y pasional de nuestros pasos de Semana Santa y gloria.