Hermandad de Ntra. Sra. de la Hermosa |
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Septiembre 2008. Fuente de Cantos |
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“Sugerencias”
FGD ____________________ A los padres y madres de los niños que en Mayo hicieron su primera comunión: ¡Felicidades! Se suele decir “¡Qué guapo/a está! Ahora a ser buenos…”
¿Qué entendemos con estas palabras, con estos trajes tan bonitos, con esos regalos que hacemos a los niños, con esos euros que les damos? (hasta 2000 € juntó Irene, 1700 € Raúl… etc.).
¿Qué será para los niños la primera comunión? ¿Y para los padres? Un gasto exagerado, un jaleo, mucho trabajo esos días, limpieza, peluquería, compras…
Llega el día ¡qué bien!, ¡cómo está la iglesia! Limpia, llena de flores, llena de niños con sus padres… El acontecimiento es importante. Van a recibir en sus corazones, en sus almas, el Cuerpo de Cristo; se acercan a comulgar… y sus padres y sus familiares ¡Qué magnífico! ¡Cuántas fotos, cuántas sonrisas, cuantas emociones, recuerdos…
¡¡Al banquete!! Regalos y comida abundante, superabundante, hay que quedar bien que resulte todo estupendo, no vayamos luego a decir que faltó de algo.
Acaba el día, acaba la celebración, se recogen los trajes, se lavan, se guardan, se ordenan, se vuelve a la lucha diaria: trabajo, clases, dormir, levantarnos, comprar…
¿Acabó todo? ¿No quedó en nuestro corazón, en nuestro pensamiento nada? La iglesia, ¿cómo quedó?, ¿no escuchamos las campanas llamando cada día, cada domingo, a esos niños con sus padres, con sus hermanos mayores, con sus… no oís? Cada domingo se repite la fiesta. La iglesia vuelve a estar preciosa, limpia, llena de flores y velas y sobre todo llena de Dios.
Pero cada domingo, faltan los niños, los jóvenes, los padres y las madres, que acompañaron a sus hijos “aquel día”.
¿Por qué no están? Si todo está igual, sigue todo en su sitio. ¿Es que porqué comamos un día ya no necesitamos más?, ¿es que porqué compremos unos zapatos, un vestido, unas gafas…, ya no necesitamos comprarnos más?, ¿es que sólo con limpiar la casa un día es bastante, es para siempre, ya no volvemos a hacerlo más?
Me gustaría entenderlo, pero no lo entiendo; es una hora a la semana, volved a misa con vuestros hijos, volved a recibir el Cuerpo de Cristo, volved a vuestra Casa, volved.
Las catequistas se sienten mal; como que su trabajo no da fruto. Durante dos años, han preparado a esos niños, les han enseñado a rezar, les han ayudado a conocer a Jesús, a querer ser como Él, a intentar cumplir los mandamientos, que recibamos sus sacramentos (el Perdón y la Eucaristía).
Las catequistas han ido, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, a las dependencias de la Hermosa (que es un buen sitio), allí han esperado y han recibido a cuantos niños han querido acercarse (llevados por sus padres) a aprender libre y gustosamente, a rezar, a querer a Jesús; han ido porque han querido y ellas han estado felices de que fueran muchos; este año 54 han hecho la comunión y 56 se han confirmado “confirmados en la fe”; han dicho Sí por tercera vez, pero por primera vez libres; aquí ya los padres no ejercen (en el bautismo y la comunión sí).
Las catequistas han estado otros dos cursos preparando a estos chicos, con muchas ganas, con mucha entrega; ellas sienten que deben hacerlo, con todas las dificultades que se encuentren. No es fácil ser catequistas de chicos/as de 12 a 14 ó 15 años, es DIFÍCIL, empezando por el número de niños (MUCHOS) y el de de catequistas (POCAS), luego, como son: revueltos, loquillos, nerviosos… ADOLESCENTES, aún hay más, pero siguen adelante “algo quedará” (piensan) y es verdad, algo queda, pero ¡Qué poco! A los muchachos les da como apuro, corte ¿Qué dirán las amigas y los amigos si me ven ir a misa, o tras la procesión, o si me hago catequista? (¡Qué falta haría un grupo de catequistas jóvenes!). ¿Os imagináis?.
Los que vamos quedando, la verdad, somos jóvenes (pero solo por dentro) a los chicos no atrae esta edad para nada; no imaginan que fuimos como ellos, ¿me enrollo?, pues sí porque escribir es más difícil que hablar.
El día de las confirmaciones fue un día estupendo, el 6 de Mayo. La iglesia llena a rebosar de gente jóvenes: muchachos confirmantes, padrinos, amigos… ¡Qué fila más larga! ¡Qué guapos y guapas iban!.
Luego la fiesta, regalos cena… igual, casi igual, que en los otros sacramentos, y con razón son SACRAMENTOS, eventos importantes y momentos especiales que hacemos en la vida cristiana, pero… al otro día, a la otra semana… al domingo siguiente. La iglesia vuelve a estar vacía de jóvenes ¿Por qué?.
Ya termino, un saludo y un deseo a las catequistas: ¡Que no desfallezcan! Adelante. A los demás que me leéis: sed catequistas, venid, volved; no vengáis a la iglesia solo en los entierros.
Felices fiestas patronales. Un saludo |