Hermandad de Ntra. Sra. de la Hermosa    

           Septiembre 2011. Fuente de Cantos

 
 

anterior

Indice

siguiente

 
 

 

Pedid y se os dará

 

Eustaquio Moñino Macarro

______________________

 

No cabe duda de que estamos en tiempos de crisis;  pero no solo de crisis económicas, de empleo, y de otras muchas cosas más. También  sufrimos las consecuencias de la crisis de valores humanos y de Fe.-

 

     De la crisis económica y de empleo ya nos tienen bien informados unos y otros por muy distintos medios de comunicación; pero de la crisis de valores humanos y de la pérdida de la fe, no se nos habla tanto; posiblemente no interesa. Y cuando algo se nos informa, en ocasiones se enfoca desde una perspectiva totalmente errónea, al menos cuando pretenden tantos filósofos y políticos enmascarar o camuflar,  cuando no cambiar el sentido real de los distintos status sociales, en el ámbito de la convivencia en  la comunidad, la familia,  la juventud, los nuevos sistemas de vida y un largo etc.… .-que trata por todos los medios de crear otro modelo humano, o un tipo humano nuevo que afecte drásticamente al actual sistema  social en el que, desde hace siglos, nos ha tocado vivir.- 

 

     En definitiva y generalizando, se intenta por todos los medios posibles, aplicar la “Ideología de Género” que promovía Simoné de Beauvoir, (1908-1986) filosofa francesa promotora y defensora acérrima del movimiento existencialista ateo, que trata de imponer lo irracional y absurdo por delante de los valores humanos que distinguen a la persona  de entre el resto de los seres de la Creación, y que desgraciadamente está haciendo mella en los tiempos que corren.

 

     Quizás esa pérdida de valores humanos y de Fe, -entre los cristianos lógicamente me refiero-, venga precedida por el deterioro o perdida de la practica de la oración, y basamos este argumento, yo diría afirmación, en las palabras del mismo Jesús: “Pedid y  se os dará”.-

 

     La oración no es solo pedir a Dios por nuestras necesidades, es también dar gracias por los favores recibidos, pedir su intervención en los problemas que se nos presentan, pedirle soluciones y consejos para nosotros y para los demás, y  pedirle por todo cuanto se nos pueda imaginar como bueno y necesario, ya sea trascendente o nos parezca insignificante.

 

     La oración puede enfocarse a través de la  intercesión de la Santísima Virgen bajo las distintas advocaciones: (De Fátima, Del Carmen, de Guadalupe, de la Granada, de La Hermosa…….y muchas  más), o a través del valor de los reconocidos por la Iglesia como Santos y por sus méritos, no por los nuestros, que no los tenemos.-

 

     Dada la importancia que tiene la oración ante los ojos de Dios, y  afirmando que, al menos todas las personas de mi generación en nuestro Pueblo, (décadas de los años 1950 a 1970) tuvimos la suerte y la oportunidad de aprender, bien en el ámbito familiar, en los colegios  de las Misioneras de la Doctrina Cristiana, de los Misioneros de la Preciosa Sangre, o en las Escuelas públicas. -Digo bien, también en las escuelas se rezaba-,  una serie de oraciones que, hoy día quizás en muchos casos no recordemos bien. Por ello y dado el matiz de la Revista en honor de la Santísima Virgen de la Hermosa, a continuación vamos a recordar a los que somos olvidadizos, somos despistados o somos indiferentes y a otros, hoy agnósticos, que también en su día las aprendieron y rezaron, algunas oraciones consagradas a la Madre de Dios y que nos enseñaron siendo niños.-

 

    Las clasifico, según mi personal criterio, y en base a su contenido, en distintas modalidades:

 

    Las hay de veneración:

 

 

Oh María madre de Dios, Señora y madre nuestra.

aquí tienes a tus hijos a quienes tanto amas.

Nosotros también te amamos, Madre querida,

 y en prueba de nuestro amor,

te ofrecemos junto son nuestras suplicas,

 nuestros pensamientos, nuestros deseos,

 nuestras palabras y obras,

nuestra alma, nuestra vida y todo nuestro ser.

Tuyos somos y tuyos queremos ser siempre.

Defiéndenos de todo pecado

y haz que florezcan en nuestra alma

todas las virtudes cristianas para honra y gloria

de nuestro Señor Jesucristo.  Así sea.-

 

 

   Las hay de petición o súplica:

 

 

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen Maria!,

que jamás se ha oído decir,

que ninguno de los que han acudido

a vuestra protección

implorando vuestra asistencia

o reclamando vuestro socorro,

haya sido abandonado de vos.

 

Animado por esa confianza,

a Vos también acudo

¡Oh Madre Virgen de las vírgenes¡

que aunque gimiendo bajo el peso

de mis pecados, me atrevo a comparecer

ante vuestra `presencia Soberana.

 

No desechéis ¡Oh Madre de Dios¡

mis humildes súplicas.

antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos

y dignaos aceptarlas favorablemente.

Así sea.   (Oración de San Bernardo).-

 

 

 

  Las hay de alabanza:

 

(La poesía, -Décima o Espinela-, más recitado de la historia):

 

 

Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza.

 

A ti celestial princesa,   

Virgen Sagrada Maria,

e ofrezco desde este día,

Alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,

No me dejes Madre mía.-

 

 

 

Las hay que conjugan  la veneración, la alabanza y la suplica:

 

 

    Dios te salve Reina y Madre de misericordia,

vida y dulzura, esperanza nuestra. ¡Dios te salve¡

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva.

A ti suspiramos gimiendo y llorando

en este valle de lágrimas.

   

    Ea pues, Señora, abogada nuestra.

Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,

y después de este destierro,

muéstranos a Jesús,

fruto bendito de tu vientre,

¡Oh clemensima!, ¡Oh piadosa!

¡Oh dulce  Virgen Maria!.

 

   Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,

para que seamos dignos de alcanzar

las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

 

 

    

 

   La intención de este humilde artículo, (a parte de agradecer a la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora de la Hermosa la invitación a colaborar en la tradicional Revista);  como antes se deja entrever, no es otra que conseguir que los que somos olvidadizos refresquemos nuestra memoria, los que somos despistados o indiferentes pongamos interés y orden en nuestro corazón y  los que, por circunstancias de la vida sin duda, hoy son agnósticos, recapaciten y revivan  aquellos tiempos, llenos de buenas costumbres que seguro, están guardadas en su pensamiento y también para que los que no encontramos, dentro de los 1.440 minutos que tiene un día, dos minutos para la oración, seamos capaces de reorganizarnos y todos elevemos a Dios, por la intercesión de  Nuestra Señora de la Hermosa, nuestras súplicas, ofrendas y agradecimientos.-

 

    La oración es antídoto antes tantos males que hoy día nos invaden y es el remedio ideal para defendernos de las  innumerables adversidades a que nos encontramos sometidos. En las seis apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, (todos los días 13, de Mayo a Octubre),  la Señora insistió en la necesidad de orar, (Santo Rosario) como solución a los males y a la paz en el Mundo. Y por la conversión de los pobres pecadores, según  palabras textuales de los tres videntes.-

 

    La frase pronunciada hace dos mil años por el mismo Jesucristo “Pedid y se os dará” con la que titulamos esta exposición, aunque  muchos  no lo crean, más que nunca y con más fuerza que nunca,  hoy sigue vigente. Y además, en este mundo lleno de materialismo, en el que todo o casi todo tiene precio,  la oración es gratis.-

 

    A parte de las oraciones, que antes hemos expuesto, conocidas y afortunadamente, llevadas a la práctica, -aún en estos tiempos-, por muchas personas, nada más distante de la realidad, seria convertir o darle matices a este artículo de una declaración sociológica o teológica. Eso queda para sociólogos y teólogos. Es simple y llanamente el humilde parecer del que suscribe.-

 

                       Fuente de Cantos, Julio del 2011.-