Hermandad de Ntra. Sra. de la Hermosa |
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Septiembre 2009. Fuente de Cantos |
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Pregón en Honor de la Virgen de la Hermosa, en sus Fiestas Patronales. (Fuente de Cantos, 6 de septiembre de 2008)
Fernando Vázquez Macarro __________________________
Virgen Santísima. Dignísimos Ministros del Señor. Hermano Mayor. Junta Directiva. Hermanas de la Doctrina Cristiana. Y apreciados paisanos, a todos buenas noches.
Ante todo, quiero expresar mi agradecimiento, de corazón, a Nuestra Madre, la Virgen de la Hermosa, por hacer posible que esta noche me encuentre ante Ella, en su preciosa ermita, acompañado de mi familia y de tantos y buenos amigos y conocidos. A Paco Miranda y a la Junta Directiva que han tenido la gentileza de acordarse de Fernandito el de “El 9”, como cariñosamente me llamáis, para que fuese el pregonero de estas fiestas patronales, precisamente en este año tan especial en el que ha sido elegido este Santuario como lugar de peregrinación en el año jubilar del Apóstol San Pablo, por nuestro querido Arzobispo de Mérida-Badajoz, Don Santiago García Aracil.
Gracias Juan Ramírez por tus elogios inmerecidos hacia mi persona, producto del gran afecto que me tienes.
Cuando Paco Miranda me llamó para hacerme la gran proposición de ser el pregonero de estas fiestas patronales, en honor de la Virgen de la Hermosa, me quedé totalmente perplejo. Todo extrañado le pregunté ¿yo pregonero?. La contestación fue afirmativa. Sin salir de mi asombro le dije: Mira Paco, te agradezco muchísimo el que os hayáis acordado de mí y aunque considero que tal proposición es un alto honor, también comprendo honestamente que no estoy capacitado para ejercer ese dignísimo cargo. Insistí: En Fuente de Cantos hay muchas personas con méritos más que suficientes para tal designación. Y Paco, todo amable me dijo: “Fernando, la Virgen, la Directiva y yo, de forma unánime, queremos que seas tú el pregonero”. Ante esta respuesta me echó abajo todos mis argumentos y accedí gustosamente. Me comentó: “Te enviaré algunas revistas para que conozcas los temas que se han expuesto en pregones de años anteriores. Tú no te preocupes”. Esto de no te preocupes me lo repitió varias veces.
Paco, impulsado por ese gran dinamismo que le caracteriza, me envió rápidamente un paquete con varias revistas. Cuando vi los pregones ya no estaba preocupado, ni hablar, ahora estaba preocupadísimo. Se habían tratado temas marianos profundos, poéticos y no poéticos y a la vez simpáticos, por personas de gran nivel intelectual. ¿Qué podía hacer yo ante esta situación?, dejarlo en manos de la Virgen y pedirle que mi pregón entre anécdotas y no anécdotas fuese impregnado de alabanzas en su honor.
Nuestro buen amigo Juan Molina, en su pregón de 1.999, entre otras muchas cosas mencionó:”A los extraordinarios maestros nacionales que hubo, a los que recordamos con cariño”. Me gusta y apoyo ese calificativo de extraordinario porque realmente así fue. Aparte de enseñarnos todas las lecciones del “Grado Medio”, influyeron mucho en nuestra educación cristiana, sobretodo en la devoción a la Virgen, cuya imagen presidía la clase.
Ese Ave María Purísima al entrar, hasta mañana si Dios quiere al salir. Las oraciones en el mes de mayo, en diciembre la Inmaculada, la preparación para la primera comunión, etc. etc.
Difícil olvidar a Don Justo, hombre castellano, que pretendía por todos los medios que pronunciásemos correctamente las S y J. Los ejercicios consistían en decir una y otra vez “garbanzos blandos” y “jamón”. Por mucho que lo repetíamos no lo conseguíamos. Únicamente que nos íbamos quedando sin voz a causa de la gran debilidad, al mismo tiempo que los jugos gástricos se ponían a mil por hora.
Don Ángel, otro maestro, comprendía más la situación gastronómica. Sobre las once, sacaba su violín (lo tocaba muy bien), e interpretaba de su variado repertorio piezas muy bonitas que aprendíamos y cantábamos todos. El tiempo de lo que podíamos llamar actualmente tiempo del bocadillo, se nos pasaba entre canción y canción. Era una forma muy discreta de olvidarnos, de momento, de las bellotas o membrillos que llevábamos en la cartera. Son recuerdos simpáticos que perduran en nuestras mentes, al mismo tiempo que reconocemos la gran profesionalidad de aquellos maestros nacionales, que dejaron huellas positivas en nuestro ser.
Comentar la labor apostólica que habíamos desarrollado a partir de 1.954, bajo la mirada y protección de la Virgen, lo consideraba algo vanidoso y atrevido. Daba la impresión que aquel grupo de cinco adolescentes, (Paco, Ramón, Alfonso, Agustín y un servidor), quisiera presentarse ante los demás como unos niños “buenecitos”, pero Paco Miranda, me animó a que lo hiciese porque era una vivencia que muchas personas desconocían. Acepté, pensando que todo lo que se hizo no fue mérito nuestro. El mérito era exclusivamente de Jesucristo y de su Madre Santísima que se servían de nosotros como meros instrumentos para realizar ese apostolado.
Todos teníamos nuestros trabajillos. Concretamente yo, estaba de mecanógrafo en el despacho del Abogado Don José María Fernández Jurado y además tenía un gran pluriempleo en “El 9”: Hacer los cartuchos de papel de estraza, rellenarlos de pipas, venderlos, amén de otras muchas más cosas. No quedaba mucho tiempo libre, pero había que hacer lo posible por sacarlo para el apostolado. ¡Merecía la pena!.
Teníamos grandes inquietudes en hacer algo por los demás, pero ¿qué era ese algo?. Se nos ocurrió representar una obra de teatro y los ingresos que obtuviésemos destinarlos en Navidad a comprar ropa y alimentos para los más necesitados.
Se trataba de un drama religioso:”San Francisco de la Cruz”. Se lo consultamos a nuestro querido y apreciado coadjutor, D. Julio Fernández Moreno. Le pareció muy bien y se encargó de buscarnos el local:”Cine Zurbarán” a más de ayudarnos en todo.
En diciembre de 1.954, nuestro “Grupo Artístico Zurbarán”, así se le denominó, ponía en escena la obra, con sus 23 actores muy aplaudidos por el público (sobretodo por nuestros familiares), logrando tal éxito que tuvimos que representarla a la siguiente semana, en los corredores de la Parroquia. Como los críticos en la prensa fueron tan benévolos y caritativos con nosotros, también tuvimos que representarla en Calzadilla y Montemolín. Los desplazamientos eran una gran odisea. Íbamos en la camionetilla “La Pepa”, de Santitos Parra. Sabíamos cuándo salíamos pero no cuándo llegábamos.
Después de esta obra, que nos sirvió para hacer nuevas amistades, representamos otras más, pero estos montajes no nos acababan de convencer. Todo era muy en plan filantrópico, es decir, el hombre por el hombre. Queríamos sobrenaturalizarlo más.
De nuevo acudimos a Don Julio. Le expusimos que queríamos impulsar en Fuente de Cantos la Acción Católica. Le pareció muy buena idea y como siempre, dispuesto a ayudarnos, empezamos a trabajar. Al poco tiempo, el Consejo Diocesano, le nombró nuestro Consiliario, se le asignó nombre a nuestro Centro “San Luis Gonzaga” y a nosotros, cuarenta jóvenes se nos impuso la insignia, con bendición de la bandera, con nombramiento de padrinos, hermanos Buzo, (Antonia y Pepe) en un acto solemne en nuestra Parroquia, con presencia de autoridades eclesiásticas, civiles y gran número de feligreses.
A partir de aquí, el compromiso que habíamos adquirido de hacer de nuestra vida un continuo caminar hacia Dios, nos hizo estar más vibrantes espiritualmente:
- Círculos de Estudio, semanal, dirigidos por el Consiliario. - Visitas los domingos a enfermos. - Celebración los domingos y festivos de la Santa Misa en la ermita de San Juan. (Unas veces iba el Padre José Luis y otras el Padre Juan). Empezamos con una sola feligresa, Eduarda, encargada de cerrar y abrir la ermita. - Clases nocturnas para adultos en salones facilitados generosamente por los Padres de la Preciosa Sangre. También los dedicábamos como lugar de ocio para alumnos, jóvenes de Acción Católica y para todo el que quisiera pasar un rato tranquilo y agradable. - Deporte. Se creó un equipo de fútbol, todo uniformado. - Vía Crucis, Viernes Santo, con antorchas por barrios extremos. - En fin, y muchas cosas más.
Todo se desarrollaba bajo la mirada y protección de la Virgen y de su Hijo Jesucristo y gracia a los excelentes y buenos maestros y colaboradores espirituales que tuvimos: Don Julio, Padre Juan, Padre José Luis, D. Manuel Galván, D. Manuel Pagador, D. Cayetano Bernal y otros muchos. Sin su generosa y gran ayuda, no hubiésemos podido poner en marcha todas estas actividades.
Hoy como entonces, siguen existiendo en nuestro Fuente de Cantos, actividades apostólicas llevadas con gran entusiasmo y corazón. Trabajos muchas veces ocultos o incomprendidos ante la Sociedad, pero no ante los ojos de Dios y de la Virgen. Por ello a
- Sacerdotes. - Hermanas de la Doctrina Cristiana. - Hermano Mayor. - Gobierno de la Hermandad. - Cofradía de Nuestra Señora de la Hermosa. - Camareras de la Virgen. - Costaleros. - Músicos. - Coros. - Subastadores. - Expositores - Y muchos más colaboradores que habrá.
A todos, a todos, os doy mi más enhorabuena, porque sois las manos y los pies de la Virgen. Sí, las manos y los pies de la Virgen y no exagero, porque con vuestra entrega incondicional y generosa, hacéis posible que estas fiestas se realicen con gran devoción y solemnidad.
Os animo a que sigáis con esos afanes apostólicos y a que invitéis a amigos y conocidos a que se unan y colaboren con vosotros. Hay personas que están deseando poder ayudar en algo, pero tal vez por su timidez, no se atreven a decir nada. Por eso es bueno acercarnos a ellas para que participen en esas actividades vuestras.
Y sea cual fuere vuestro cargo, aunque os parezca insignificante, ofrecérselo a la Virgen. Es una forma de santificaros, porque las cosas pequeñas hechas con amor y por Amor se convierten en grandes ante los ojos de Jesucristo y de su Madre Bendita. Tened en cuenta que lo humano y lo divino se funden en una honda unidad de vida que nos permiten ganarnos poco a poco el Cielo.
En septiembre de 2.001, tuvimos muy grave a nuestra hija María. El diagnóstico: Hepatitis fulminante. Fueron momentos muy críticos. Posible solución: Trasplante de hígado. Enterado Juan Ramírez del problema me dijo: “Ha comenzado la novena de la Hermosa ¿quieres que se lo comunique al Padre Borreguero para que hoy encomendemos a tu hija a la Virgen?”. Lo dejé a su elección. Y así fue, aquella noche todos pidieron por la salud de María. Me consta que cuando se difundió la noticia, mucha `pero mucha gente rezó con gran fe, por su salud tanto aquí como en otros muchos lugares.
No hubo necesidad de trasplante. Los análisis constantes que le hacían empezaban a ser favorables. En pocos momentos todo cambió a mejor. Resultados optimistas y el equipo médico sorprendidísimo de lo que estaba ocurriendo ya que la gravedad dejó de existir. Humanamente todo era inexplicable. ¿Por qué se produjo este gran cambio tan repentino? No cabe duda que la Virgen acogió todas esas oraciones y peticiones que le habíamos dirigido con gran fe, humildad y confianza e hizo que nuestra hija quedase totalmente curada.
Siempre y en todo momento doy gracias a la Virgen, pero esta noche quiero hacerlo públicamente: Gracias Madre mía por el gran favor que nos concediste. Gracias Padre Borreguero, gracias Juan Ramírez, gracias a todos los que estuvisteis unidos a nosotros en momentos tan difíciles, con vuestra oración.
La Virgen, como Madre nuestra que es, quiere lo mejor para sus hijos. A veces podemos pensar que no nos escucha porque le pedimos cosas que no nos concede. ¡Siempre nos escucha!. Lo que ocurre es que aquello que pedimos no nos conviene. A veces pedimos de forma rutinaria y condicional: Decimos: “Si me concedes tal o cual cosa te llevo un ramo de flores o te pongo dos velas”. Ella que es Madre nuestra, nos concede lo que más nos conviene y de forma desinteresada.
Todos sabemos que somos hijos de la Virgen. En la cruz, Jesús nos la dió como Madre. Nos quiere enormemente y está siempre pendiente de nosotros, pero también como Madre le gusta que sus hijos no se olviden de Ella, que tengamos detalles, que le tratemos más, como se trata a una persona viva, porque sobre Ella no ha triunfado la muerte, sino que está en cuerpo y alma junto a Dios.
Dicen en nuestra tierra que “el roce hace el cariño”, por ello me animo y os animo a que sigamos practicando las devociones marianas de siempre:
El santo rosario. Es la oración preferida de la Virgen. Tal vez ya lo estéis rezando todos los días, pero si no es así, intentadlo. Si no son los cinco misterios, los que podáis buenamente. El rezo del Ángelus, a las doce. Por las mañanas y por los noches tres Ave María. Los sábados el rezo de la salve. Llevar impuesto el escapulario. Hacerle alguna visita, en su ermita, aunque sea breve, a Ella y a su Hijo Jesucristo, que se encuentra permanentemente en el sagrario, a veces muy solo. En fin, son devociones marianas que están siempre latentes en nuestra vida interior, que no pasan ni pasarán nunca.
Me van a permitir que les cuente una anécdota relacionada con la Virgen: Tenía un compañero de trabajo que se enorgullecía de ser ateo, eso sí, era raro el día que no iba con alguna historieta de curas y monjas. Sabía que a mí me molestaban tales comentarios y aunque ya le había llamado la atención varias veces, con el ruego de que no fuese tan hiriente en sus expresiones, lo seguía haciendo intencionadamente. Un día tuvo un pinzamiento muscular en el hombro derecho. Otro compañero dijo: Que traigan de la farmacia un bote de Lidimento Sloan (tío del bigote, se le llamaba vulgarmente) y con una friega se le pasa. Trajeron el bote y me ofrecí a dársela pero no quiso. Se dirigió a otros compañeros para que se la diesen, pero como olía tan mal no quisieron. Al final vino a mí. Pasamos a los lavabos, se quitó la camisa y empecé a darle la friega. Observé que llevaba una cadena con la medalla de la Virgen del Carmen y Corazón de Jesús. Noté que se puso muy nervioso y comentó para sí “vaya despiste el mío” (se olvidó quitarse, antes de entrar en los lavabos, el escapulario). ¿Se extraña? me dijo suavemente. Hombre, me ha sorprendido y a la vez me ha dado mucha alegría. ¡Como usted dice que no cree en nada! Contestó, bueno, ES QUE LA VIRGEN ES LA VIRGEN. Me pidió, por favor, que no dijese nada de esto a los compañeros. ¡Vale!, pero vamos a hacer un pacto: Yo no digo nada y usted a partir de ahora deja de meterse con los sacerdotes y monjas. ¡De acuerdo!. A veces se olvidaba del citado pacto y cuando iba a empezar con alguna historieta, le miraba fijamente y cambiaba de conversación. Y es que, como decía este compañero: la Virgen es la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra.
Antes de ayer, día cuatro, fue nuestro 41 aniversario de boda. Te pido Virgen Santísima no sólo por nuestro matrimonio, sino también por todos los de Fuente de Cantos y del mundo entero, para que seamos perseverantes y fieles a este sacramento. Sacramento grande en Jesucristo y en la Iglesia, como dice San Pablo. Contrato que un hombre y una mujer, sí, un hombre y una mujer, hacen para siempre, porque queramos o no, el matrimonio instituido por Jesucristo, es “in-di-so-lu-ble”. También te pido por esos matrimonios con problemas. A veces nuestra incomprensión y egoísmo hacen difícil la convivencia. Por eso te ruego que les ayudes a que sean generosos y dirijan sus miradas hacia la Sagrada Familia, para que sus hogares sean luminosos y alegres.
Aunque el sermón ha sido dedicado a la familia, yo también quiero dar una pincelada sobre este tema, por la importancia que en sí tiene.
Santiago Araujo, en su pregón de 2006, comentaba: ”La familia es un jardín florido que tenemos que cuidar todos los días”. Llevaba muchísima razón con tal definición. Porque los casados estamos llamados a santificar nuestro matrimonio y a santificarnos en esa unión. Se trata de santificar el hogar día a día. Crear con gran cariño un auténtico ambiente de familia. Hemos de tener muy en cuenta los padres, que somos los principales educadores de nuestros hijos, tanto en lo humano como en lo sobrenatural. Esto nos exige comprensión, prudencia, saber enseñar y sobre todo, saber querer y dar buen ejemplo. Es verdad que surgen dificultades y contratiempos, pero con la gracia de Dios y nuestra buena voluntad los superaremos.
El próximo día 14, estará el Papa, Benedicto XVI, en Lourdes, con ocasión del Año Jubilar por el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen a Bernardette. Sería un detalle muy bonito, tenerle presente en nuestras oraciones, pidiendo por su persona e intenciones y para que su visita a la Virgen, sea muy fecunda espiritual y apostólicamente.
En la revista del 2001, aparece Trini, mi madre, con otras personas, precisamente en esta ermita, delante de la Virgen a la que tanto quería. Fue la última fotografía que se hizo en SU Fuente de Cantos y digo SU FUENTE DE CANTOS, porque para ella no existía otra cosa mejor. Era una fuentecanteña que amaba enormente a su tierra. Falleció cuatro meses después. No dudo que esta noche, estará presenciando, desde el cielo, esta solemne novena, sonriente y toda orgullosa de ver a su hijo Fernando, ser el pregonero de estas fiestas patronales.
Muchas gracias a todos por vuestra presencia y pido de corazón, que sepamos cultivar el afán de crecer a diario, en amor y devoción a la Virgen de la Hermosa.
¡Felices fiestas a todos!.
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